Centroamérica & Mundo

Estudio: Mujeres de Costa Rica tienen más estudios superiores que los hombres

Un informe de la OCDE señala que la brecha en las tasas de empleo entre hombres y mujeres en Costa Rica se situó en 26 puntos porcentuales, lo que supone 14 puntos porcentuales más que la media.

2024-07-11

Por Leonel Ibarra - revistaeyn.com

En las últimas décadas, la igualdad de género en Costa Rica ha avanzado en múltiples dimensiones. Sin embargo, al igual que en otros lugares de la región y el mundo, hombres y mujeres no comparten por igual el trabajo remunerado y no remunerado, lo que tiene consecuencias negativas para los principales resultados económicos de las mujeres.

Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que el nivel educativo ha mejorado mucho en las últimas décadas en Costa Rica, también en comparación con otros países de América Latina y el Caribe. Las mujeres han obtenido logros educativos especialmente importantes y han empezado a superar a los hombres.

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En 2022, el 35 % de los hombres y el 37 % de las mujeres de 55 a 64 años de Costa Rica tenían un título de educación secundaria o más alto. Entre los adultos jóvenes de 25 a 34 años, este porcentaje es mucho mayor, 54 % para los hombres y del 63% para las mujeres. En el mismo grupo de edad, el 34 % de las mujeres han completado estudios superiores, unos 6 puntos porcentuales más que los hombres, señala el reporte "Igualdad de género en Costa Rica: Hacia una mejor distribución del trabajo remunerado y no remunerado".

La mejora de los resultados educativos está vinculada a la mejora de los resultados laborales. En promedio, la tasa de empleo de las mujeres con estudios superiores es del 63 %, frente al 34 % de las mujeres con estudios inferiores a la enseñanza secundaria.

EDUCACIÓN

A pesar de estas grandes mejoras, los niveles generales de educación en Costa Rica están por debajo de la media de la OCDE. La proporción de mujeres jóvenes en el grupo de edad de 24 a 35 años con educación terciaria sigue estando unos 20 puntos porcentuales por debajo de la media de la OCDE.

Tanto para los hombres como para las mujeres jóvenes de Costa Rica, la matrícula en la educación secundaria disminuye significativamente con la edad del estudiante, y es relativamente baja en comparación internacional. La menor asistencia a la escuela secundaria interactúa fuertemente con la pobreza, que a menudo conduce a retiros más permanentes de la escuela.

Al igual que en otros países de la OCDE, las jóvenes costarricenses tienen muchas menos probabilidades de estudiar en los campos más lucrativos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

La proporción de hombres licenciados en disciplinas STEM supera a la de mujeres en unos 19 puntos porcentuales, aunque esta diferencia es menor que la media de la OCDE (25 %).

TRABAJO

En Costa Rica, el 47 % de las mujeres en edad de trabajar (15 a 64 años) estaban empleadas en 2022, comparado con el 73 % de los hombres. La brecha en las tasas de empleo entre hombres y mujeres en el país se situó en 26 puntos porcentuales, lo que supone 14 puntos porcentuales más que la media de la OCDE.

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Aproximadamente tres de cada diez mujeres empleadas en Costa Rica trabajan a tiempo parcial, frente a solo uno de cada diez hombres. Como en el resto del mundo, la brecha de género en el empleo tiende a aumentar con la maternidad: en 2023, la brecha de género era inferior a 10 puntos porcentuales entre los jóvenes de 15 a 24 años, mientras que esta se situaba en 27 puntos porcentuales para el grupo de edad de 25 a 44 años.

Esto revela las desventajas sistémicas del mercado laboral a las que se enfrentan las mujeres una vez que se convierten en madres en Costa Rica, al igual que en muchos países de todo el mundo. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de trabajar de manera informal en Costa Rica.

Asimismo, las madres empleadas tienen más probabilidades de trabajar de manera informal (44 %) en comparación con las mujeres sin hijos (24 %). Como la maternidad reduce la oferta de mano de obra femenina, también desplaza sus opciones profesionales hacia empleos más flexibles, como el trabajo a tiempo parcial, el trabajo por cuenta propia o las modalidades de trabajo informal.

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