Por revistaeyn.com
La inteligencia artificial (IA) es el gigante que está provocando una transformación tectónica en el mapa cada vez más cambiante de la tecnología.
En el panorama tecnológico en constante evolución, la IA ha surgido como un faro de innovación, transformación y controversia. Una estadística reciente informa que más del 60 % de las empresas creen que la IA podría aumentar la productividad. Entonces, ¿qué motiva al 18 % de las empresas a planificar la prohibición de la IA en sus operaciones?
"La IA es una herramienta que puede mejorar la eficiencia o representar un riesgo, dependiendo de cómo se utilice”, afirma Josh Gordon, experto en tecnología de Geonode.
La razón más importante del creciente escepticismo sobre la IA tiene que ver con la cuestión de la ética y la privacidad. La mayoría de las tecnologías centradas en la IA que se están desarrollando últimamente requieren una gran cantidad de datos, en su mayoría datos personales confidenciales, y su manejo, almacenamiento y análisis plantean importantes riesgos para la privacidad y dilemas éticos.
A las empresas les preocupa que la IA se utilice para la vigilancia masiva, la toma de decisiones sesgada hacia determinados sectores de la sociedad y la destrucción a gran escala de la privacidad, lo que puede dar lugar a una enorme pérdida de confianza de los consumidores.
Según Harvard Business Review, cuanto mejor sea un sistema de IA a la hora de digerir y dar sentido a los datos, más difícil será gestionar los datos de los consumidores de forma ética utilizando dichos sistemas.
DESPLAZAMIENTO DE EMPLEADOS
El desplazamiento de puestos de trabajo es otro factor importante que está llevando a la prohibición de la IA. Se ha visto que la automatización y la tecnología inteligente han sustituido a los puestos de trabajo humanos en múltiples sectores. Esto no es injusto, ya que el Foro Económico Mundial estima que 85 millones de puestos de trabajo serán desplazados por la automatización y la IA en 2025.
Las empresas preocupadas por la excesiva automatización y la posibilidad de evitarla están cambiando de opinión y buscan una línea fina entre el avance tecnológico y la protección del mayor número posible de puestos de trabajo.
La IA puede eliminar puestos de trabajo: La IA puede automatizar diversas tareas que las personas realizan hoy en día, eliminando potencialmente puestos de trabajo.
Es necesario volver a capacitar a la fuerza laboral: habrá una creciente necesidad de volver a capacitar a la fuerza laboral para cerrar la brecha de habilidades cada vez mayor debido a la IA. No todas las empresas están en condiciones de hacerlo.
Aunque la IA es muy prometedora, sigue siendo un ámbito complejo que requiere conocimientos específicos para su implementación exitosa. Son pocos los ejecutivos y tomadores de decisiones empresariales que poseen este conocimiento. No comprenden cómo funciona la IA, sus limitaciones y cómo pueden implementarla para impulsar negocios específicos. Esta falta de comprensión genera miedo y escepticismo.
Gartner afirma que “para 2022, el 85 % de los proyectos de IA arrojarán resultados erróneos debido a sesgos en los datos, los algoritmos o los equipos responsables de gestionarlos”.
La naturaleza de este problema y el consiguiente riesgo a la hora de implementarlo pueden hacer que las empresas den un paso atrás en la implementación de tecnologías de IA.
Si bien la utilidad de la IA para mejorar la eficiencia y ahorrar costos a mediano plazo es inmensa, el costo inicial de integrar sistemas de IA puede ser muy alto para muchas empresas.
