'El canal no representa ninguna amenaza para el lago', afirmó el asesor principal de HK Nicaragua Development Investment (HKND), el australiano Bill Wild, en un artículo de opinión distribuido a la prensa.
Según Wild, 'el lago enfrenta actualmente una reducción de sus niveles de agua a causa del manejo inadecuado de su cuenca y una severa contaminación. Sin el canal, el nivel y la calidad de agua del lago continuarán siendo objeto de graves impactos negativos'.
Subrayó que el uso de tecnología de ingeniería probada ayudará a proteger la calidad del agua del lago.
Expertos nicaragüenses calculan que el lago recibe alrededor de 50.000 toneladas diarias de sedimentos, basura, aguas residuales y desechos químicos.
A juicio del ambientalista Jaime Incer la contaminación que enfrenta actualmente el Cocibolca es controlable con un plan de manejo ambiental, y no se compara la destrucción que causaría la extracción de toneladas de sedimentos del lago.
Con el canal 'el lago se volverá un gran charco lodoso', el daño 'será irreversible y se perderá la calidad del agua', requerida para atender en los próximos años las necesidades de la población cuando los ríos y fuentes subterráneas sufran las consecuencias del cambio climático, declaró Incer a la AFP.
Grupos ambientalistas, entre ellos el Centro Humboldt, también se oponen a los planes de la empresa china de usar al lago como parte de la ruta del canal de 276 km de largo entre el Pacífico y Atlántico de Nicaragua.
La consultora británica Environmental Resources Management (ERM), que realizó los estudios de impacto ambiental y social para HKND, determinó que el canal causará severos daños al medio ambiente si no se toman medidas de mitigación.
El gobierno de Nicaragua otorgó en 2013 a HKND, una concesión de 50 años, probables por 50 más, para operar el canal, cuya construcción tendrá un costo calculado en US$50.000 millones.
Las obras principales del proyecto iniciarán cuando concluyan los estudios complementarios recomendados por ERM.