Honduras es un país que en medio de las crisis globales crece. Recibe inversiones por más de US$1.000M. Tiene recursos naturales y territoriales estratégicos. Sin embargo, un 60% de su población vive en el pobreza y hay una víctima de muerte violenta cada 74 minutos.
Por: Norma Lezcano
Llegó al poder un 27 de enero de 2010, tras la elección más votada en la historia de Honduras y con la misión de levantar a un país que había atravesado la crisis política más grave en su era democrática: la originada tras la destitución del ex presidente Manuel Zelaya.
Para el presidente Porfirio Lobo Sosa, ese desafío incluía una agenda bien clara: recuperar relaciones diplomáticas con buena parte del mundo; revertir una crisis financiera originada en la pérdida de US$2.000 millones en cooperación internacional y el retiro de apoyo del FMI, del Banco Mundial y la banca multilateral; reactivar una economía que había caído 2% en el último año, restablecer la seguridad jurídica y, fundamentalmente, reconciliar a una sociedad dividida por la crisis política y herida en su tejido social por un 60% de pobreza.
Habiendo transitado algo más de medio mandato, la administración de Lobo Sosa no resiste con solvencia un test de gestión. Muy probablemente, no sea por incompetencia, sino por la propia naturaleza de la crisis que heredó - compleja y estructural- que se fue agravando, aún con algunos aciertos que su gobierno vino registrando. (Ver nota entorno macroeconómico, página 54). Más allá de cualquier interpretación, son las propias estadísticas la que fundamentan lo anterior:
- Honduras es hoy el país más violento del mundo, sin padecer un estado de guerra. Según un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), en 23 meses del gobierno de Lobo Sosa se registró la muerte violenta de 12.838 personas (19 víctimas diarias). Solo en el 2011 fueron asesinadas 7.104 personas, una víctima cada 74 minutos. El 80% de ellas están en un rango de edad de entre los 15 y 44 años. Y un dato más que destaca en este panorama: desde que asumió Lobo Sosa, 21 periodistas murieron de modo violento en el país.
Según un estudio realizado en 2011 por el Banco Mundial, titulado 'Crimen y Violencia en Centroamérica. Un Desafío para el desarrollo', los costos totales del crimen y la violencia le significan a Honduras el 9,6% de su PIB. Son, nada menos, que US$885 millones al año, más del 70% de lo que el país invierte en educación. Si Honduras venciera el flagelo de la violencia dispondría de casi US$2.000 millones para invertir en la educación de su pueblo.
- Territorio de narcotráfico y proliferación de armas. De acuerdo al Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010, del PNUD, hay más de 800.000 armas en poder de diversos sectores de la ciudadanía hondureña, de las cuales 650.000 estarían circulando ilegalmente. Del total de armas que circulan en Centroamérica, casi el 30% está en este país. Este es un dato que cobra relevancia si se lo analiza a la luz del último Reporte sobre Narcotráfico Internacional difundido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que se dio a conocer en julio de este año. Según este informe, el 79% de los vuelos de contrabando de cocaína que salen de Suramérica con destino a EE.UU. hacen su primera parada en Honduras. 'Un nuevo problema que podría enfrentar el país es el dejar de ser simplemente un punto de paso para la droga y convertirse en un centro de producción, pues el 9 de marzo de 2011 el Gobierno descubrió un laboratorio de procesamiento de cocaína en el noroeste de Honduras. El laboratorio fue el primero de su tipo que se encuentra en América Central en los últimos años', cita el reporte.
-Escenario social dominado por la pobreza. Honduras se encuentra entre los países de menores ingresos de América Latina y el Caribe, con una incidencia de pobreza por hogares, que desde el 2006 se mantuvo prácticamente igual, con un 60% registrado en 2011, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Esta situación se vuelve más compleja en el área rural: allí la pobreza alcanza al 65,4% de sus habitantes, dato relevante si se toma en cuenta que la población rural representa alrededor de 53% de la población total del país.
-Debilidad institucional persistente en las fuerzas del orden. El presidente Porfirio Lobo puso en marcha en septiembre de 2011 un plan para depurar a la policía. En seis meses, ha destituido a más de 300 de los 14.000 policías hondureños. La última estrategia anunciada por el gobierno en esta materia se conoció en el mes de julio. 'Estoy pensando en la idea en que sea la gente la que elija a alguaciles', dijo el presidente Lobo. Según el mandatario, si los cargos de superiores policiales se establecen mediante elección directa, esto haría que la autoridad escogida esté 'más comprometida'.
Mientras el primer mandatario sigue ensayando modelos para buscar el 'compromiso' de las fuerzas policiales, su gobierno despidió a uno de sus ministros más comprometidos en la lucha contra el delito: el ex Ministro de Seguridad óscar álvarez. álvarez fue despedido en septiembre del año pasado, tras una reunión que había mantenido en EE.UU con la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y tras haber anunciado que 'venía una depuración de la Policía Nacional y acciones nunca antes vistas'. Antes de su partida, álvarez había denunciado (y así lo registra el diario La Prensa, de Honduras, del 11 de septiembre de 2011), que: 'Hay sospechas de que policías nacionales se están dedicando a hacer aterrizar avionetas con drogas' y que 'hemos detectado que ciertos policías, utilizando uniformes, le están robando vehículos a la ciudadanía. No lo vamos a permitir'.
Para el excomisionado de los Derechos Humanos en Honduras, Leo Vallares, la crisis persistente en la Policía Nacional 'podría tener consecuencias graves, incluso en el sistema democrático'. A su juicio, 'solo hay un límite para sanear la Policía: la voluntad del poder político'.
¿Qué dicen los empresarios?
'Se necesita una depuración total de los órganos operadores de justica, como la Policía, el Ministerio Publico y las Corte Suprema de justicia, para garantizar la represión efectiva de la delincuencia común y el crimen organizado y la efectiva aplicación de las leyes', afirmó a E&N la presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Aline Flores. La empresaria enfatizó un punto importante: 'El sector privado participa directamente como contribuyente al pago de la tasa de seguridad, mecanismo creado para financiar las inversiones que requieren los operadores de justicia'. Para el sector privado, el tema seguridad se ha convertido en una prioridad de su agenda por eso también participa como miembro del Comité Técnico que dirige la gestión del fideicomiso a constituirse con los fondos provenientes de esa tasa, como garantes de su buen uso, transparencia y efectividad.
Sin embargo, Flores apunta otros temas que son de relevancia al abordar este drama de la violencia: 'La estrategia nacional de seguridad debe estar orientada a atacar los problemas específicos de cada región, con base en la naturaleza de la violencia y crimen que se dan en cada una de ellas', señaló. Y agregó: 'Hay iniciativas como barrios o comunidades seguros, que incluyan a los vecinos como actores claves y mecanismos que favorecen la inclusión de jóvenes en riesgo. Estos son mecanismos viables para favorecer la tranquilidad y la paz social'.
Hoy Honduras está atravesada por oleadas de violencia de diferente origen que en algunos puntos se entremezclan y potencian. El combate al narco que inició Guatemala, está arrinconando a los carteles hacia la frontera con Honduras. A su vez, este crimen se vincula a las pandillas y, ambos actores también estarían infiltrando las protestas rurales, en reclamo de tierras (como las ocurridas en el Valle del Aguán). El conflicto en el Aguán se originó por la falta de acceso de los campesinos a tierras que fueron destinadas para fines de Reforma Agraria y resultaron acaparadas por empresas dedicadas a la producción agrícola.
Está confluencia de factores, definitivamente, complica el clima de negocios en el país. 'Los factores que afectan los negocios en Honduras son la seguridad, la corrupción, la burocracia, la inestabilidad política y el financiamiento, en ese orden de importancia', destacó Flores.
Para el Presidente Lobo comenzó a correr, de algún modo el tiempo de descuento. Cuatro partidos políticos, dos de derecha y dos de izquierda, ya inscribieron a sus aspirantes a presidente, diputados y alcaldes de diferentes corrientes internas para las elecciones primarias del 18 de noviembre. A quién resulte electo presidente en las elecciones generales de noviembre de 2013, Lobo deberá entregar el poder en enero de 2014.
El oficialista Partido Nacional (PN, derecha) irá a las primarias con siete corrientes, pero las favoritas son la del alcalde de Tegucigalpa, Ricardo álvarez; la del presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, y la del ex ministro de Transporte Miguel Pastor.
Por el Partido Liberal (PL, derecha) los principales contendientes son el empresario y abogado Yani Rosenthal y el también abogado Mauricio Villeda. También irá a primarias el izquierdista Libertad y Refundación (Libre), impulsado por el ex presidente Manuel Zelaya. Pero el grupo Libre ya definió como su candidata presidencial a la esposa del ex mandatario, Xiomara Castro.
En el año que le resta de gobierno, Lobo tiene una amplia agenda que cumplir para hacer posible que el país desate sus fuerzas productivas. 'Hay que fortalecer la institucionalidad publica, privada y la estrategia nacional enfocada en atracción de IED, fortalecer la Infraestructura en carreteras, puertos y aeropuertos, fortalecer la calidad de la educación y formación profesional, fortalecer la seguridad ciudadana como vía para generar confianza en la comunidad inversionista regional e internacional y hay que mejorar la transparencia en la gestión pública para recuperar la confianza y aprovechar los mecanismos de co-inversión y alianzas publico-privadas que faciliten la inversión eficiente y productiva', detalla la presidenta de Cohep.
O sea hay que trabajar en todos los frentes. Unos 863.000 jóvenes hondureños agobiados por el desempleo, esperan. Las empresas que se comprometieron a dar su apoyo en el Gran Acuerdo Nacional por el Crecimiento Económico con Equidad, firmado a principios de este año, también esperan. Los casi 800.000 hondureños que no saben leer ni escribir en el país, están igualmente en la fila de espera. Los más de US$1.000 millones de inversión extranjera directa que apostaron al país el año pasado, esperan.
Esperan, seguramente, que el gobierno de Honduras y la clase política que ya está trabajando por llegar al poder recuerde aquella frase de Winston Churchill que decía: 'el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones'.
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De crisis y aprendizajes
¿Qué aprendió la dirigencia empresarial hondureña de la crisis política del 2008? Lo responde presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Aline Flores: 'La crisis política y financiera de los años 2008-2009 nos dejo grandes lecciones , primero que la democracia es la vía para recuperar la estabilidad política y el crecimiento económico. Concluimos en la necesidad de asegurar el equilibrio de los poderes del Estado y el equilibrio e independencia necesaria entre ellos como vía para mantenernos en un esquema democrático que garantice la amplia participación de la sociedad en la discusión y consensos necesarios para garantizar el desarrollo y la paz. Identificamos la necesidad de ampliar las instancias de diálogo permanente con diferentes sectores de la sociedad para abordar los principales problemas del país y encontrar vías de solución a los mismos. Identificamos la necesidad de nuestras empresas, de fortalecer y ampliar sus programas de responsabilidad social empresarial, como vía para la consolidación de la gestión interna de las unidades productivas y sus relación con la sociedad en su conjunto'.
