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Repa de Sueños: el negocio de reparar sueños

La Repa de Sueños repara colchones, doblando su vida útil. Economía y sostenibilidad comparten cama en este emprendimiento.

2024-10-03

Por Daniel Zueras - Estrategia & Negocios

El sueño colchonero de los Jirón Garro vio la luz en 2018 tras un paréntesis fuera del negocio. El empecinamiento de Trilce fue clave para ello. “Yo no quería competir con la que había sido mi casa”, recuerda el hoy patriarca de la familia.

“Estaba en viaje con una empresa en Perú y me llamó Trilce, para decirme que Jirón había cerrado la división de reparaciones, en realidad eran más las garantías. Ahí pensé que ya no seríamos competencia y dije, ok. Así nació La Repa”.

Trilce apunta que “yo ya venía con el concepto. Senté a mami, a papi, a mi hermano y les dije: `vamos con la reparadora´. El único debate que tuvimos era que yo le quería poner DreamWorkshop, pero me dijeron que necesitábamos un nombre en español. Hasta que salió en apenas una semana”.

La directora general de la compañía explica que “pensándolo fríamente, la familia tenía 115 años contaminando el país con colchones. Como familia estamos súper enfocados en la parte ambientalista”, alineados con una visión mucho más sostenible del sector.

Los Jirón Garro son gente tenaz, fanáticos de ‘Star Trek’ que creen en mejorar la calidad de vida de la sociedad. “Lo único de lo que trata ‘Star Trek’ es de cómo puedo mejorar como cultura, cómo hacer mejor la vida de otras personas. Eso es algo que, como familia, siempre hemos tenido”, comenta Trilce. Y es que La Repa de Sueños prácticamente dobla la vida útil de un colchón, reduciendo considerablemente su impacto ambiental. }

En Costa Rica se desechan anualmente entre 150.000 y 200.000 colchones, con un alto costo para el ambiente y para la economía de las familias. “Si uno compra el colchón correcto este le va a durar de 15 a 20 años. Y si lo repara correctamente, va a duplicar su vida”, apunta Álvaro. El precio del arreglo puede estar en la mitad de precio que comprar uno nuevo. Y todo en el mismo día, lo recogen en la casa en la mañana y en la tarde ya está de vuelta en su cama.

PANDEMIA Y REDES, IMPULSORES

Al poco de arrancar con la empresa llegó la pandemia. La economía mundial se paralizó y parecía que el negocio iba a resentirse. Pero una idea de Trilce, unido a las redes sociales (TikTok especialmente) catapultó a La Repa de Sueños.

“Pensamos que hasta ahí habíamos llegado”, recuerda Trilce Jirón, pero al ser un negocio a domicilio no tuvieron que cerrar operaciones.

Repa de Sueños: el negocio de reparar sueños

“Se me ocurrió decirle a papi de empezar a lavar colchones, esa fue la primera y única vez que hemos peleado en temas de La Repa, una discusión pesada”, comenta la hija. Y el padre recuerda cómo regañó a su primogénita: “Vos sabés que un colchón no se puede lavar, si se mojan los resortes estos se oxidan, se pudren. Fueron como 20 minutos dándole esta regañada. Terminé, se me quedó viendo y al final me dijo: ´Papá, nosotros qué hacemos; reparamos colchones, los desarmamos y entonces se pueden lavar las telas`. Y ahí terminó la discusión, ella tenía razón”.

Con esta idea, lograron triplicar las ventas. Al llegar los colchones a lavado y desinfección, los abrían, veían si algo más estaba mal y lo reparaban, pasando de un promedio de 45.000 a 150.000 colones por venta.

Todo un éxito que se sumó a una estrategia en Tik Tok que disparó el negocio. Y es que Trilce Jirón Garro va más allá de la empresa familiar, es toda una experta en Inteligencia Artificial.

Compagina cuatro trabajos, tiene su propia empresa, TBS Marketing, y lleva siete años construyendo chatbots. “Hice un vídeo en TikTok para entender cómo funcionaba el algoritmo y poder presentarlo a mis estudiantes. Se viralizó y subieron las ventas, igual con los siguientes. Y ya empezamos a sacar contenido diario, nunca sobre nosotros y nuestros productos, sino 100% enfocado en educación colchonera”. Hoy, son la segunda marca de colchones más seguida del mundo en TikTok.

VOLVER A CASA

Pasaron unos pocos años y en 2024 dieron un paso fundamental, tanto en lo económico, como en lo sentimental. Volvieron a la casa familiar, donde tantos años trabajó Álvaro y donde su hija dio, literalmente, sus primeros pasos. “Empecé a ayudar en las vacaciones con 12 años y a los 18 ya trabajaba en la empresa, en la parte de mercadeo”, rememora Trilce, ingeniera y diseñadora industrial -estudiaba en el TEC al tiempo que trabajaba en la empresa familiar-, quien hoy ocupa el espacio en el que estaba la oficina de su abuelo.

Cuatro generaciones de Jirón habían fabricado colchones en la planta de San Sebastián, que llevaba unos años abandonada. Y tanto la Repa como Dorma comenzaron a crecer. “Ya teníamos dos bodegas y no cabíamos.

Empezamos a buscar y uno de los corredores de bienes raíces me preguntó si no me interesaría el edificio familiar, que tenía tres años en abandono. Le dije que sí, pero que no lo podíamos pagar”, recuerda Álvaro. Finalmente, tras un año de conversaciones, lograron recuperar el lugar, que supuso una inversión cercana a los US$2 millones y que se antoja fundamental para el crecimiento de ambas empresas, pasando de un espacio de 1.000 m2 a 6.000 m2.

“El día de la firma fue muy emotivo, porque también celebrábamos mi cumpleaños. Cinco trabajadores se pusieron a llorar y otros tres o cuatro se tuvieron que sentar cuando lo anunciamos”.Y es que la fidelidad de los Jirón Garro con sus trabajadores se antoja inquebrantable (y viceversa).

El 90 % de la plantilla había trabajado en su etapa anterior bajo las órdenes de Álvaro, con un promedio de 22 años juntos.

En la actualidad, 35 empleados completan la planilla de la empresa. Y así, la vieja nave familiar, ya modernizada, acoge las instalaciones de reparación y fabricación de colchones. Dorma compite en un mercado costarricense en el que hay 35 marcas en competencia. Los precios van, aproximadamente de US$300 a US$1.000.

Cuenta con una única tienda (en las instalaciones de la fábrica), pero ya han firmado un convenio con Gollo para que toda su gama de productos se vendan en estos populares almacenes, con presencia nacional. Ahora el sueño de la familia es que, en los próximos cinco años, haya una Repa en cada cabecera de provincia y, por qué no, expandirse a Centroamérica

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