Empresas & Management

De refrescos a rones: se redefine la industria de bebidas en Centroamérica

Centroamérica ha visto el nacimiento y desarrollo de marcas icónicas en el rubro de bebidas, una industria consolidada que ha cosechado premios a lo largo del tiempo y que conquista mentes, corazones y paladares exigentes.

2024-09-12

Por José A. Barrera - colaboran: Alejandra Ordóñez, Leonel Ibarra - Estrategia & Negocios

El portafolio de bebidas de la región es amplio, y destacan productos como los rones multipremiados, centenarias cervezas galardonadas en certámenes mundiales, gaseosas que despiertan la nostalgia de los consumidores con sabores que les remiten a su infancia y una nueva generación de bebidas innovadoras.

En las últimas dos décadas, la industria ha experimentado un importante dinamismo y se mantiene en ascenso, genera divisas, figura como un importante dinamizador del empleo y ha derivado en un tema que ya es de orgullo nacional.

Julio César Orozco, Director Ejecutivo de la Gremial de Alimentos y Bebidas de Guatemala (GREMAB), explica que en el caso guatemalteco, el impacto económico de la industria manufacturera de alimentos y bebidas va más allá de su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) y gracias a su evolución, en los últimos años, se ha convertido en un importante motor del empleo.

Innovación Hecha en Centroamérica: resiliente, curiosa y creativa

Según el estudio de impacto y huella económica del sector, realizado por la GREMAB (asociación adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala), la industria manufacturera genera más de 440.000 empleos directos, con un incremento de casi 60.000 empleos en la última década, comparable con actividades de servicios y superior a sectores como el financiero, telecomunicaciones e inmobiliario.

En el campo de bebidas, Guatemala es mercado de origen de marcas muy reconocidas y de gran éxito regional y global, como Zacapa (ron) y Gallo (cerveza), pero hay otros jugadores en el rubro que destacan por su diversidad y calidad.

Según cifras del Banco de Guatemala (Banguat), el sector de alimentos y bebidas, en su conjunto, contribuye anualmente con unos US$5.630 millones.

Orozco dice que esto representa el 6,65 % del PIB.“En cuanto al subsector específico de bebidas no alcohólicas, se estima que contribuye con el 11 % del total del sector (de alimentos y bebidas).

A pesar de que el crecimiento promedio de la industria en su conjunto ha sido sólido, con un aumento anual del 2,9 % durante los últimos años, algunas subactividades dentro de la industria han experimentado un crecimiento promedio anual más destacado, del 4,5 %”, destacó.

Orozco valora que el éxito del sector, en general, se debe a varios factores clave, como su adaptación a las preferencias locales y a que parte de la oferta de productos mantiene altos estándares de calidad y por ende consistencia.

“(Las empresas del rubro) han sabido innovar y diversificar su oferta para mantenerse relevantes, mientras que una comunicación efectiva y responsable ha fortalecido su presencia en el mercado. La industria de bebidas ha trabajado intencionalmente para ofrecer a la población una bebida adecuada para cada ocasión de consumo, reflejando un compromiso con las necesidades y preferencias de los consumidores”, apunta.

El Salvador: Resiliencia e innovación

Karla Domínguez, Gerente de Inteligencia Industrial de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), explica que el sector bebidas es amplio y que se puede agrupar en dos grandes categorías: bebidas sin alcohol (como las bebidas refrescantes, agua pura, bebidas carbonatadas, zumos de frutas, derivados del café, entre otros) y bebidas alcohólicas, de las que se derivan los vinos, licores y cervezas.

El Salvador es el país de origen de marcas con un importante porcentaje de recordación como el caso de la gaseosa Kolashanpan, pero en los últimos años el sector ha tomado nuevas fuerzas y se ha desarrollado una oferta que incluye jugos y rones de la mano de grupos empresariales que han apostado por el desarrollo y sofisticación del sector.

“Hoy se puede ir a un supermercado y ver una serie de bebidas producidas en El Salvador, que están adaptadas a todo tipo de edades y gustos, atendiendo a las necesidades nutricionales. Pero esto ha requerido de inversiones importantes en tecnología de punta para conservar no solo los sabores, sino mantener la consistencia del líquido, la adopción de prácticas más amigables en los procesos con el medio ambiente y para apostar por un estilo de vida saludable”, dijo Domínguez.

Clara Fontán: la revolución de intangibles, el siguiente nivel de los negocios exitosos

La investigadora destaca que muchas marcas locales han sido creativas para generar un sabor específico, así como repensar en su envasado y empacado, con diseños creativos y etiquetas que resaltan aspectos del país y apelan a la identidad.

Domínguez añade que en El Salvador, el sector bebidas ha logrado incorporarse al mercado nacional e internacional por su capacidad de resiliencia, cualidad que les ha permitido sobrellevar eventos disruptivos como la pandemia del Covid-19 o una escalada inflacionaria, factores que generan grandes retos para las empresas del rubro, mientras que también se enfrentan a un mercado que no es estático y demanda de nuevas cualidades en la oferta y la calidad de la misma.

“Es evidente que hay una nueva generación de consumidores (...) Los sabores, la consistencia, las fórmulas de preparación y la creatividad de la presentación de estos productos son esenciales”, valora. Añade que la oferta salvadoreña, por lo general, destaca por contar una historia o resaltar un sentido de identidad, marcando la necesidad de generar alianzas estratégicas que permitan ir innovando en sus procesos, inocuidad y sabores.

Según datos de la ASI, la producción de bebidas de El Salvador alcanza a más de 25 destinos en el mundo y mantiene una tendencia al alza. “En los últimos cinco años, de 2019 a 2023, el sector presentó un crecimiento promedio en sus exportaciones de 6,4 %”, dijo Domínguez.

La especialista resaltó el buen desempeño, a pesar de la coyuntura mundial.

En El Salvador están asentadas firmas como Beliv, una filial de la multilatina cbc, que tiene un portafolio que incluye la producción de marcas de alta recordación en la región como Petit, pero también jugadores clave como La Constancia (subsidiaria de AB Inbev), productora de marcas emblemáticas como Pilsener.

Domínguez describió que, en general, el de bebidas es un sector dinámico, pero que por sus condiciones facilita el encadenamiento con otras industrias ya que involucra a rubros como el de plásticos, papel y cartón y artes gráficas.

Costa Rica: Nuevas oportunidades

Según un análisis de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), el sector de bebidas, en general, se encuentra en constante evolución y 2024 es un testigo de cómo se reinventa e innova.

“El segmento de bebidas es conocido por ser uno de los más activos en términos de lanzamientos e innovaciones a nivel mundial”, dice un informe publicado este año.

En el análisis de Procomer se destaca que es esencial que las empresas reconozcan la relevancia de la innovación como una estrategia clave para entrar con éxito en los mercados internacionales.

Entre 2018 y 2022 la industria de bebidas de Costa Rica logró mantener un crecimiento anual promedio del 6 %, siendo Panamá el principal destino de estas exportaciones (con un 51 %), seguido por Nicaragua (25 %), Guatemala (5 %) y Reino Unido (5 %).

En Costa Rica uno de los jugadores referentes de la plaza es FIFCO, una empresa con operaciones en 13 mercados y dueña de marcas relevantes como las cervezas Imperial o Bavaria. La empresa ha evolucionado en las últimos años y ha explorado nuevos nichos como el de las bebidas alcohólicas saborizadas, una oferta muy popular entre las nuevas generaciones, pero no las únicas.

El estudio de Procomer destaca que la industria de las bebidas evoluciona constantemente y que el 2024 “promete ser testigo de una serie de innovaciones”.

Pone de ejemplo la popularización de “La kombucha”, conocida por sus beneficios para la salud y diversidad de sabores.

Según datos de la consultora internacional Nielsen, citados por la Procomer, la categoría de bebidas sin alcohol también es otro de los segmentos de bebidas para adultos de más rápido crecimiento. “Esto podría significar una demanda creciente en mercados internacionales para estas alternativas (bebidas sin alcohol), lo que podría beneficiar a los exportadores costarricenses que puedan atender esta demanda”, destaca un reporte de la entidad.

El análisis de la agencia añade que esto es el resultado de una tendencia en la que los consumidores modernos están más preocupados por lo que ponen en sus cuerpos y priorizan la salud, las bebidas sin alcohol que utilizan ingredientes limpios y naturales podrían ser atractivas en los mercados internacionales, donde hay oportunidades para productores como los afincados en Costa Rica, con su enfoque en la producción sostenible y orgánica.

Desafíos en puerta

Julio César Orozco añade que el sector en general tiene una serie de retos enfrente y que son vinculados al desarrollo de infraestructura, estabilidad regulatoria y corrientes inflacionarias.

La visión es compartida por Domínguez, de la ASI, quien añade que hay vulnerabilidades que no sólo sufre el sector bebidas sino todo el mundo.

“Las perturbaciones en la cadena de suministros, y mucha materia prima y bienes de capital han provocado algunos incrementos en sus costos a raíz de la coyuntura actual. Asimismo, como hay mucha venta internacional del rubro, también hay efectos que se están analizando, como es el caso de Estados Unidos, donde hay una moderación del consumo interno por la situación económica”, dijo.

Orozco matiza que si bien hay retos importantes hay buenas oportunidades comerciales en puerta.

Un factor clave que sigue impulsando al sector es la sólida red de relaciones y acuerdos comerciales que Guatemala mantiene con países y socios comerciales, especialmente en la región centroamericana. Estos acuerdos han permitido establecer reglas claras y técnicas, facilitando un comercio fluido y constante.

El sector confía en que podamos continuar fortaleciendo estos acuerdos y reglas para fomentar un crecimiento sostenible a largo plazo”, puntualiza.

Por su parte, Domínguez valora que también en la medida que se está avanzando en las reglamentaciones internacionales vinculadas a la ingesta de estos productos, el sector avanza en su compromiso con un estilo de vida saludable.

“Muchos aspectos están más relacionados a la generación de conciencia y a que los diferentes rangos demográficos y regiones poseen diferencias en sus esquemas de consumo, esto también es acorde a la condición de salud y ritmo de vida de los consumidores”, finaliza

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE