Empresas & Management

Educación ejecutiva: La gran transformación para responder al nuevo escenario

Inició la era del aprendizaje continuo para poder gestionar una era de cambio exponencial, que está transformando el modo de crear, producir, liderar, trabajar y consumir.

2024-07-05

Por Norma Lezcano - colaboró Claudia Contreras- Estrategia & Negocios

La Educación Ejecutiva está atravesando un ciclo de Big Bang. Es mucho más que un momento disruptivo. Se asimila, más precisamente, a una “gran transformación” en la que sus contenidos, sus espacios, sus tiempos y protagonistas están emergiendo con nuevos -y hasta ignotos- modelos y, sin duda, con un replanteo de sus propósitos.

La primera Escuela de Negocios -la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania- fue fundada en 1881, pero fue en 1908 cuando la Escuela de Negocios de Harvard lanzó el primer programa MBA en el mundo. Esa iniciativa fue respuesta a las complejidades que planteó la Segunda Revolución Industrial a la gestión de los negocios.

Con prestigio y actualizaciones curriculares periódicas, este modelo tradicional de Educación Ejecutiva fue funcional a las demandas del mercado por décadas, hasta mediados de la Tercera Revolución Industrial, que se desató con la irrupción de Internet.

Entre finales de los `90 y el 2011, las Escuelas de Negocios navegaron entre los claustros y algunas propuestas online, pero sin apartarse de los protocolos tradicionales. Estaban en línea para promocionarse más que para impartir clases, manteniendo su enfoque en la educación gerencial, la gestión estratégica de la competencia, el marketing, las ganancias de corto plazo, y el aprendizaje en base a la teoría y el estudio de casos.

“Fue en el 2011 cuando en los cursos MOOC (Massive Online Open Courses), que atraen a varios miles de personas, las tecnologías de la Tercera Revolución Industrial hicieron posible una verdadera masificación de los procesos educativos”, describe el experto colombiano Luis Fernando Correa Calle, fundador y CEO de Thinking Lab, una compañía dedicada a la Innovación Digital en el ámbito educativo.

Pero, fue también en ese 2011 que ocurrió otro hito determinante: en la Feria de Hannover (una de las mayores ferias industriales del mundo) se acuñó por primera vez el concepto de Cuarta Revolución Industrial (4RI). Ese, probablemente, fue el chispazo que terminó encendiendo la explosión que hoy vive la Educación Ejecutiva, así como le ocurre a la casi totalidad de actividades de la economía y del mundo laboral.

EL ADN DEL CAMBIO

La 4RI “cambiará radicalmente la forma en que se trabaja, se vive y cómo nos relacionamos”, había anticipado Klaus Schwab (fundador del Foro Económico Mundial) en el 2017. Sólo pasaron siete años y tal pronóstico impactó transversalmente a toda la sociedad.

El punto relevante es que la 4RI llegó para transformar el sistema de agregación de valor. “La magnitud de este cambio sísmico se puede juzgar por el hecho de que -según nuestros cálculos- cada gigante digital del siglo XXI es al menos 10 veces más valioso que un gigante industrial promedio del siglo XX”, describe en su blog AstraEd una comunidad en español orientada a apoyar la Educación Ejecutiva en línea.

En términos concretos, Schwab explicaba que en este nuevo escenario “existirán fábricas inteligentes, trabajando en un modelo de cooperación flexible a través diversos sistemas cibernéticos y tangibles; y como resultado se fabricarán productos ciento por ciento personalizados”.

¿La Educación Ejecutiva tradicional podía seguir dando respuestas efectivas a este nuevo mundo? Definitivamente, no.

Cuando nacieron los MBA, los gigantes del siglo XX (como General Electric, U.S. Steel, GM, Ford, Goodyear o ExxonMobil) dependían de terrenos, edificios, máquinas, almacenes e infraestructura física para producir bienes físicos.

Hoy, Microsoft, Meta (Facebook), Apple, Amazon, Tesla o Alphabet (Google) utilizan el conocimiento, el talento, las redes de suscriptores, la Big Data y la innovación como activos clave.

“La aparición de la Industria 4.0 es el motor que impulsa ahora a las universidades a aceptar el reto de generar una Educación 4.0”, sostiene Ruth Isela Martínez Valdez, una de las autoras del paper académico titulado La Cuarta Revolución Industrial (4RI) y la Educación de Negocios.

ACELERADORES EXPONENCIALES

A estas alturas, la ola 4RI es imparable y está generando una alteración acelerada del orden actual.

Los disruptores centrales que dominan ese cambio exponencial son: la Big Data, la Real-time Data, el Blockchain, la Interconectividad, la Automatización, la Robótica Colaborativa, el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA), la Realidad Aumentada y Virtual y, próximamente, la Informática Cuántica. Todo este complejo tecnológico está impactando en la esencia de los negocios, en la lógica de la competencia, en la forma de trabajar (el propio concepto de “empleo” se está deconstruyendo), en los estilos de liderar y crear equipos y, al final, en las experiencias que tienen las personas como profesionales y también como consumidores.

Hoy, la Educación Ejecutiva está llamada a responder a las demandas de formación continua dentro de ese contexto. En esta nueva matrix, cada conocimiento se convierte en la base de otro nuevo, por lo que la frecuencia de actualización está en el orden de los seis a 24 meses.

Ya no queda margen para la formación tradicional en negocios, que actualizaba sus currículos cada 3 a 5 años. Aunque, hay algo más trascendente aún: la aceleración del cambio produjo que no sean sólo las Escuelas de Negocios con base universitaria las que monopolizan la Educación Ejecutiva.

COMPETENCIA DE PROVEEDORES

Desde hace unos nueve años (y más intensamente desde la pandemia), empresas de consultoría, startups tecnológicas, compañías seleccionadoras de personal, editores y plataformas y redes sociales de empleo se integraron al universo de proveedores de Educación Ejecutiva, para participar de un negocio valuado en más de US$70.000 millones anuales, según Financial Times (FT), editor que elabora el ranking global de Educación Ejecutiva más prestigioso del momento.

De ese pastel, solo un 3% (unos US$2.000 millones anuales) está en manos de las Escuelas de Negocios con sede en universidades, según reporta UNICON, un consorcio formado por 113 Escuelas de Negocios, cuyo objetivo es promover las mejores prácticas en el sector.

Lo interesante del Big Bang en curso es la desaparición de fronteras entre universidad, empresa, startup tecnológica y consultoría. Los nuevos modelos de proveedores de Educación Ejecutiva están resultando de las alianzas entre todos ellos y, en algunos casos, de adquisiciones.

Por caso, la red social LinkedIn compró la empresa de formación Lynda.com (enfocada en la industria del Software, Negocios y de la Creatividad).

Financial Times se alió con IE Business School, en España, para ofrecer programas corporativos.

La tendencia también se registra en Centroamérica: el Executive Education de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) mantiene una alianza con Harvard Business Publishing para aplicar la metodología learning by doing (aprender haciendo) por medio de la resolución de problemas.

“Existe una oportunidad de crecer y fomentar experiencias que transitan entre roles de consultoría corporativa y Educación Ejecutiva universitaria”, afirma Jenny Stine, de UNICON y vicepresidente de la Academic Leadership Group.

TERRITORIO DE CONFLUENCIAS

Sin dudas, la 4RI impuso una conversación fluida y muy potente entre el mundo universitario, el corporativo y el de los proveedores nativos tecnológicos.

“Cada vez más, las compañías perciben que deben ser parte del desarrollo profesional y del aprendizaje de las personas en forma integral”, afirma Ariel Urcola, director de Educación Ejecutiva y Continua de la Universidad de San Andrés (UdeSA). “

Al conversar con los board de empresarios ya no hablamos de la creación de nuevas disciplinas o carreras sino de desarrollar nuevas competencias para los ejecutivos y líderes del mañana”, explican desde el IAE Business School de la Universidad Austral (única institución argentina reconocida por FT).

“Detectamos carencias vinculadas a la capacidad de romper paradigmas”, agregan.

Pero, no sólo se está dando un espacio colaborativo entre empresas y Escuelas de Negocios universitarias. También avanzan exitosamente los modelos de startups educativas que suman a su staff a los propios líderes de grandes empresas. Es el caso The Power MBA (forma a ejecutivos de 600 empresas del mundo) que cuenta entre sus speakers y formadores a fundadores y directivos de Netflix, Spotify, YouTube, Waze y WholeFoods.

The Power nació en el 2017 como el primer MBA asíncrono. “Es nuestra propuesta de valor; el alumno puede consumir el contenido cuando quiere, no se debe ceñir a una videollamada programada para un horario determinado”, explica Mattia Pantaloni, Head of Learning en The Power.

Desde la experiencia del sector tecnológico, otro aporte de gran relevancia a las nuevas metodologías de aprendizaje lo están haciendo los denominados Bootcamps, que son cursos intensivos diseñados para formar en habilidades interpersonales y digitales (Programación y Ciencia de Datos).

Los proveedores tradicionales de Educación Ejecutiva comenzaron a reparar en el modelo Bootcamp cuando se lograron comprobar los resultados que obtienen en sólo 16 semanas de aprendizaje.

En efecto, un estudio del portal de empleo Indeed (consultaron a 1.000 responsables de RRHH e IT Recruiters de empresas norteamericanas) asegura que el 72% de los empleadores piensa que los perfiles salidos de los Bootcamps están igual de bien preparados que los titulados universitarios.

Y este nutrido panorama de múltiples protagonistas de la Educación Ejecutiva lo completa otra alternativa que está resurgiendo con fuerza: la Universidad Corporativa. “Es un modelo versátil e integrado a los ecosistemas de aprendizaje de las empresas, que agrega valor a su cultura organizacional”, afirma Roberto Pérez, de Navega Training & Consulting.

Según explica Pérez, las universidades corporativas llevan décadas de desarrollo en forma presencial, pero tras la pandemia se resetearon en busca de mayor efectividad.

“El área de RRHH quiere implementar universidades corporativas que combinen lo digital con lo presencial, pero de manera estructurada, ordenada, profunda y práctica”.

La gran ventaja que tiene este modelo es que alinea la formación con la estrategia de la compañía. “Se enfocan en temas específicos de la empresa, y tienen aliados externos estratégicos”, señala el experto de Navega.

Puede leer: Las 10 tecnologías emergentes más importantes de 2024

“Nosotros recomendamos a las empresas que tengan proveedores externos para ciertas materias, al igual que alianzas con Escuelas de Negocios, que les aportan actualización y visión global”, agrega.

MÁS ALLÁ DEL PROVEEDOR

Sin dudas, el presente y futuro de la Educación Ejecutiva es altamente desafiante. Está obligada a responder con agilidad a las demandas de un entorno tecnológico dinámico y, también, a las necesidades de un nuevo paradigma organizativo: el de la “organización basada en habilidades”.

“En este nuevo paradigma, las empresas, en lugar de centrar la gestión en puestos de trabajo, profesionales o departamentos, se orientan más a gestionar procesos relacionados con mapas de habilidades”, explica Virginio Gallardo, socio director del español Grupo Humannova, experto internacional en Gestión de Talentos.

“Así, el aprendizaje continuo, la innovación y adaptación al cambio tienen especial protagonismo”, agrega.

Por esto, la gran transformación que está experimentando la Educación Ejecutiva no solo remite a la atomización de los proveedores que prestan el servicio; el fenómeno en curso tiene que ver, también, con otros cuatro factores esenciales:

1- la inserción de la tecnología en el proceso educativo; en particular, de la Inteligencia Artificial,

2-los modelos de aprendizaje y formatos de contenidos,

3- el sistema de formación continua para proporcionar upskilling (mejorar habilidades existentes), reskilling (adquirir habilidades nuevas que no se tienen para nuevos roles) y newskilling (para entender y adaptarse a la Revolución Industrial 4.0), y

4-la personalización de la experiencia de aprendizaje.(Más información sobre estos tópicos en páginas siguientes)

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE